Un invierno junto al mar by Julie Klassen

autor:Julie Klassen [Klassen, Julie]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico, Histórico
editor: ePubLibre
publicado: 2023-12-05T00:00:00+00:00

Después de eso, el señor Thomson se excusó y se marchó, mientras que Charles se quedó.

Emily se puso de pie, preguntándose qué decir.

—Hoy no necesitaban al señor Thomson en Woolbrook —empezó—, así que me estaba ayudando.

—¿Ayudándola cómo?

—Ayudándome a escribir unas… líneas. Él es secretario, al fin y al cabo, y yo me encargo de nuestra correspondencia, de los anuncios y de esa clase de cosas.

—¿Le importa?

Sin tener claro a qué se refería, Emily se humedeció los labios secos.

—¿Que si me importa el qué?

—¿Tener que alquilar habitaciones, poner anuncios, cenar con desconocidos?

—Ah, eso. Al principio sí. No quería ceder mi habitación, ni limpiar ni hacer de anfitriona. De hecho, me opuse, aunque no con tanta vehemencia como Viola. Ella detestaba la idea de tener alojados a unos desconocidos bajo nuestro techo. Ya sabe lo ermitaña que solía ser.

—Sí.

—Pero Sarah insistió en que todas teníamos que ayudar con los huéspedes o ganar dinero de alguna otra manera. Con un poco de… orientación, Vi empezó a leer para los inválidos y así fue cómo conoció a su marido. Ha sido fantástico verla salir de su caparazón y vivir plenamente. —Emily se encogió de hombros levantando las palmas—. Así que, aunque yo no hubiera elegido nada de esto… no cambiaría nada, no si tenemos en cuenta cómo han resultado las cosas para Viola.

—¿Y para usted?

Ella le sostuvo la mirada, tratando de descifrar qué veía en sus ojos. Estuvo tentada de contestarle: «Eso depende de usted», pero no lo hizo.

—Bueno, ¿vamos a buscar a mi madre y a Georgiana? —dijo al fin—. Querrán verle.

—Claro.

Cuando entraron en el vestíbulo, Charles se fijó en el gran paisaje colgado en la pared. Caminó hacia él.

—Finderlay. Me sorprende no haberme fijado en él la última vez que estuve aquí.

Emily fue junto a él y ambos se detuvieron frente al marco dorado a contemplar el cuadro de la antigua residencia de la familia Summers, una hermosa casa en medio de hileras de tilos, jardines bien cuidados y extensos parques.

—Para mí era como un segundo hogar —añadió Charles.

—¿Ahora no va nunca? —preguntó ella. Desde la muerte de su padre, la finca de Gloucestershire, que pertenecía a la familia paterna, había pasado a manos de un pariente al que apenas conocían.

—No. Hice una visita al heredero de su padre para darle la bienvenida al vecindario y ver qué clase de hombre era. He de confesar que me pareció bastante frío y poco hospitalario.

Esa había sido también la impresión que se había llevado Emily las pocas veces que lo había visto tras la muerte de su padre.

Durante varios minutos, Charles y Emily permanecieron allí de pie, hablando de sus antiguos vecinos y de otras personas que conocían, de la vida y las fiestas del pueblo, de sus excursiones de adolescentes a la colina de May y de algunas escapadas que Emily no le había contado a su madre. Y cuanto más hablaban, más desaparecían las formalidades y la incomodidad entre ellos. Emily empezó a arrepentirse de haber sugerido que fueran a buscar a su madre y a Georgie.

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